La protección de datos: más allá de hacer backup
En mis años trabajando con seguridad informática, una cosa queda clara: casi todos entendemos que proteger nuestros datos es importante, pero pocos lo hacemos correctamente. Y no, no hablo solo de guardar fotos en Google Drive o tener una copia de seguridad de tu tesis en un pendrive. La protección de datos es mucho más compleja, especialmente desde que el GDPR llegó para quedarse.
El backup: la primera línea de defensa que nadie toma en serio
El backup o copia de seguridad es algo así como el cinturón de seguridad de tus datos. Sabes que deberías usarlo siempre, pero a veces lo ignoras pensando que «por esta vez no pasará nada».
La regla 3-2-1: tu mejor amiga
Si hay algo que recomiendo a empresas y particulares es seguir la regla 3-2-1:
- 3 copias de tus datos en total (la original y 2 copias)
- 2 tipos diferentes de almacenamiento (disco duro, nube, cinta…)
- 1 copia fuera de tu ubicación principal (por si hay un incendio o robo)
¿Suena exagerado? Te aseguro que no lo es. He visto empresas perder millones por no tener una simple copia de seguridad actualizada. Y particulares llorando por haber perdido las fotos de toda una vida tras un fallo de disco duro.
Backups automatizados: la solución para los olvidadizos
Seamos sinceros, nadie recuerda hacer copias de seguridad manualmente. Por eso los sistemas automatizados son imprescindibles. Ya sea Time Machine en Mac, Windows Backup o soluciones en la nube como Backblaze, lo importante es configurarlos una vez y olvidarte (casi) para siempre.
GDPR: cuando la protección se convierte en obligación legal
Desde 2018, con la entrada en vigor del Reglamento General de Protección de Datos, el panorama cambió radicalmente en Europa. Ya no es solo cuestión de no perder datos, sino de cumplir con la ley.
Más allá de las multas millonarias
Sí, las sanciones pueden llegar hasta 20 millones de euros o el 4% de la facturación global. Pero el GDPR no trata solo de multas, sino de un cambio de paradigma en cómo tratamos la información personal.
La normativa exige:
- Obtener consentimiento explícito
- Documentar todos los tratamientos de datos
- Implementar medidas técnicas adecuadas
- Notificar brechas de seguridad en 72 horas
El derecho al olvido y otras complicaciones
El GDPR introdujo derechos que complican la gestión de datos: el derecho al olvido (eliminación de datos), a la portabilidad, a la limitación del tratamiento… Todos ellos requieren sistemas que permitan localizar, exportar y eliminar información personal de forma ágil.
Pregúntate: ¿podrías identificar y eliminar todos los datos de un cliente específico si te lo pidiera hoy? La mayoría de empresas no pueden.
La protección de datos más allá de lo obvio
Cuando pensamos en protección de datos solemos quedarnos en lo evidente: contraseñas, antivirus y backups. Pero hay aspectos igualmente importantes que suelen pasarse por alto.
El factor humano: el eslabón más débil
No importa cuánto inviertas en tecnología si tus empleados apuntan contraseñas en post-its junto al monitor. La formación continua y la concienciación son inversiones tan importantes como cualquier software de seguridad.
Las mayores brechas de seguridad que he visto no fueron causadas por hackers geniales, sino por errores humanos básicos: abrir archivos sospechosos, usar la misma contraseña para todo o conectarse a redes WiFi públicas sin VPN.
La seguridad en la nube: un tema no tan nebuloso
«Está en la nube, así que debe ser seguro», es una de las frases que más me hace estremecer. Usar servicios cloud no te exime de la responsabilidad. Es crucial entender:
- La política de backups del proveedor
- Dónde se almacenan físicamente tus datos (¿dentro o fuera de la UE?)
- Qué sucede en caso de cierre del servicio
- Quién tiene acceso a tus datos
Pasos prácticos para reforzar tu protección de datos
No todo son malas noticias. Mejorar tu protección de datos no tiene por qué ser complicado ni extremadamente costoso.
Para particulares
- Activa la autenticación en dos factores en todos tus servicios importantes
- Usa un gestor de contraseñas (olvídate de recordarlas todas)
- Configura backups automáticos en la nube y en un disco externo
- Revisa los permisos que concedes a aplicaciones y servicios
Para empresas
- Desarrolla una política clara de protección de datos
- Nombra un responsable de protección de datos (o un DPO si es obligatorio)
- Implementa cifrado de datos tanto en reposo como en tránsito
- Realiza auditorías periódicas y tests de penetración
Recuerdo el caso de una pequeña clínica dental que fue multada con 20.000€ por no cumplir con el GDPR. No porque fueran malintencionados, sino por puro desconocimiento. Las buenas intenciones no bastan cuando hablamos de protección de datos.
La protección de datos no es sexy ni emocionante. Es como el mantenimiento del coche: nadie lo celebra, pero todos lamentamos no haberlo hecho cuando el motor falla en medio de la autopista. Créeme, es mejor prevenir ahora que lamentar después.

