La filtración de datos de LNER: cuando los trenes descarrilan en ciberseguridad
En el mundo de la ciberseguridad, incluso los trenes pueden sufrir brechas. Acabo de conocer que LNER (London North Eastern Railway), uno de los principales operadores ferroviarios del Reino Unido, ha comunicado una filtración de datos que afecta a información de sus clientes. Y aunque los trenes siguen funcionando, sus datos no han corrido la misma suerte.
Un proveedor externo en el centro del problema
Lo primero que llama la atención es que, como ocurre en tantas ocasiones, el origen del breach no está en la propia compañía sino en un proveedor externo. Según LNER, hackers lograron acceder a archivos gestionados por un proveedor tercero cuyo nombre no han considerado oportuno mencionar (lo que siempre resulta bastante conveniente para el proveedor, no tanto para los usuarios).
Entre la información comprometida se encuentran detalles de contacto de los clientes y algunos datos sobre viajes anteriores. Es decir, saben quién eres y por dónde te has movido, una combinación que siempre me parece especialmente delicada.
Lo que se ha salvado del desastre
Por fortuna, no todo son malas noticias. La operadora ha subrayado que la información bancaria, los datos de tarjetas de pago y las contraseñas no han quedado expuestas. Parece que el proveedor afectado no tenía acceso a este tipo de información sensible, lo que al menos limita el alcance potencial de esta brecha.
También han señalado que el incidente no ha afectado a la venta de billetes ni a las operaciones ferroviarias, lo que significa que los trenes siguen llegando a su destino. Lo que no sabemos es si los datos robados harán lo mismo.
¿Ataque dirigido o víctima colateral?
Un aspecto que LNER no ha aclarado es si este proveedor fue objetivo específico de un ataque o si simplemente fue una de las múltiples víctimas de una campaña a gran escala. Y esto no es un detalle menor.
En los últimos meses hemos visto ataques masivos como el de Salesforce-Salesloft, donde muchas organizaciones acaban afectadas como daño colateral de una brecha mayor. La diferencia es importante porque nos indica si alguien estaba específicamente interesado en datos de viajeros británicos o si fue mala suerte.
Cuidado con las comunicaciones sospechosas
La compañía ha pedido a sus clientes que «sean cautelosos con las comunicaciones no solicitadas, especialmente aquellas que solicitan información personal». Un consejo de manual, pero no por ello menos relevante.
Y es que tras cada filtración de datos suelen llegar las campañas de phishing. Los atacantes utilizan la información obtenida para hacer que sus mensajes parezcan más creíbles y convincentes. Si viajaste con LNER y recibes un correo personalizado mencionando detalles de tu viaje, es normal que bajes la guardia. Mi recomendación: desconfía de cualquier comunicación que te pida datos o que incluya enlaces, aunque parezca legítima.
Un antecedente preocupante
Esta no es la primera vez que el sector ferroviario británico tiene problemas de ciberseguridad. El año pasado, la policía del Reino Unido tuvo que investigar un incidente en el que mensajes anti-islámicos aparecieron en el servicio WiFi de las principales estaciones de tren del país.
Curiosamente, la investigación reveló que un empleado de la empresa proveedora del servicio WiFi fue el responsable. Esto nos recuerda que no todas las amenazas vienen de hackers rusos o chinos; a veces el peligro está más cerca de lo que pensamos.
Tendencias en el sector crítico de transportes
El transporte es considerado infraestructura crítica y, como tal, debería tener estándares de seguridad más elevados. Sin embargo, vemos que la cadena de suministro sigue siendo un punto vulnerable. Los proveedores externos suelen ser el eslabón más débil y, por tanto, la vía de entrada preferida para los atacantes.
El año pasado se reveló que los frenos de los trenes podían ser hackeados a través de radio, un problema que la industria conocía desde hacía 20 años pero que no había abordado adecuadamente. Este tipo de revelaciones apunta a un problema sistémico en la seguridad del sector, donde la modernización tecnológica parece ir por delante de las medidas de protección.
Implicaciones para los usuarios afectados
Si eres cliente de LNER, seguramente ya habrás recibido alguna comunicación oficial sobre este breach. En estos casos, lo primero que recomiendo es cambiar contraseñas, especialmente si has reutilizado la misma en diferentes servicios (práctica que, por cierto, deberías abandonar cuanto antes).
Aunque la compañía afirma que las contraseñas no se han visto comprometidas, siempre es mejor tomar precauciones adicionales. También te sugiero vigilar tus extractos bancarios por si aparecen movimientos sospechosos y, por supuesto, no responder a comunicaciones que te pidan información personal o financiera.
La exposición de datos personales siempre conlleva un riesgo de identidad robada, por lo que mantener la vigilancia durante los próximos meses es clave.
Este tipo de incidentes nos recuerda que, aunque la tecnología ha hecho que viajar sea más cómodo y eficiente, también ha introducido nuevos riesgos que antes simplemente no existían. Ya no solo hay que preocuparse de si el tren llegará a tiempo, sino también de si nuestros datos estarán seguros en el proceso.

