El robo de identidad: la amenaza invisible que está creciendo a pasos agigantados
El teléfono suena. Es tu banco llamando para confirmar una transferencia de 5.000€ que acabas de realizar. O eso parece. En realidad, estás hablando con un estafador que ha clonado la voz del director de tu sucursal usando inteligencia artificial. Bienvenido al inquietante mundo del robo de identidad moderno, donde ya no puedes fiarte ni de lo que ves ni de lo que oyes.
Cuando tu cara y tu voz ya no son solo tuyas
En 2025, el robo de identidad ha evolucionado de manera alarmante. Ya no se trata solo de que alguien consiga tu número de tarjeta de crédito o tu contraseña de Facebook. Ahora, con unos pocos segundos de tu voz grabada o algunas fotos de tu perfil de LinkedIn, los ciberdelincuentes pueden crear réplicas digitales prácticamente indistinguibles de ti.
«Como humanos, somos notablemente susceptibles al engaño«, explica Vijay Balasubramaniyan, CEO de Pindrop Security. Y tiene toda la razón. Nuestro cerebro evolucionó para confiar en lo que ven nuestros ojos y escuchan nuestros oídos, no para cuestionar constantemente si ese mensaje de voz de nuestro jefe es realmente suyo o una recreación fabricada con IA.
De políticos a empresarios: nadie está a salvo
Si piensas que esto solo afecta a personas anónimas, te equivocas. Este verano, alguien creó un deepfake del Secretario de Estado americano Marco Rubio para contactar con ministros extranjeros, un senador y hasta un gobernador a través de mensajes de texto, correos de voz y la aplicación Signal. También hubo una suplantación de Susie Wiles, jefa de gabinete de Trump.
Y no, no son simples bromas. Como explica Kinny Chan, CEO de la empresa de ciberseguridad QiD: «O están intentando extraer secretos sensibles e información competitiva, o van tras el acceso a servidores de correo electrónico u otras redes sensibles«. Las implicaciones para la seguridad nacional son enormes.
La democratización del fraude digital
Lo más preocupante es lo accesible que se ha vuelto esta tecnología. Steven Kramer, un consultor político que admitió haber enviado llamadas robotizadas falsas imitando al presidente Biden, lo dejó claro tras ser absuelto: «Hice lo que hice por 500 dólares. ¿Te imaginas qué pasaría si el gobierno chino decidiera hacer esto?«
La barrera de entrada para crear deepfakes convincentes es cada vez más baja. Como señala Brian Long, CEO de Adaptive Security: «Hemos entrado en una era donde cualquiera con un portátil y acceso a un modelo de código abierto puede suplantar convincentemente a una persona real. Ya no se trata de hackear sistemas, sino de hackear la confianza«.
El sector financiero: el objetivo principal
«La industria financiera está directamente en la línea de fuego«, advierte Jennifer Ewbank, ex subdirectora de la CIA que trabajó en ciberseguridad y amenazas digitales. «Incluso personas que se conocen entre sí han sido convencidas de transferir enormes sumas de dinero».
El esquema es simple pero efectivo: un delincuente crea un deepfake de tu jefe pidiéndote que realices una transferencia urgente a una cuenta determinada. La voz suena exactamente igual, utiliza sus mismas expresiones e incluso menciona detalles que solo tu jefe conocería (extraídos cuidadosamente de redes sociales o filtraciones de datos previas).
Cómo los estafadores están infiltrándose en las empresas
Una tendencia preocupante es el uso de identidades falsas para solicitar trabajos. Según investigaciones de Adaptive Security, se espera que dentro de tres años, 1 de cada 4 solicitudes de empleo sea falsa. Algunos buscan acceso a redes sensibles para robar secretos comerciales o instalar ransomware. Otros simplemente quieren cobrar varios sueldos trabajando en múltiples empresas simultáneamente.
Las autoridades estadounidenses han detectado miles de norcoreanos con habilidades informáticas que han sido enviados al extranjero. Usando identidades robadas, obtienen empleos en empresas tecnológicas en EE.UU. y otros países, consiguiendo así acceso a redes corporativas y un salario. En algunos casos, instalan ransomware que posteriormente se utiliza para extorsionar a las compañías. Estos esquemas han generado miles de millones de dólares para el gobierno norcoreano.
La contraofensiva digital: IA contra IA
Pero no todo son malas noticias. La misma tecnología que permite estos fraudes puede ser parte de la solución.
Investigadores, expertos en políticas públicas y empresas tecnológicas están desarrollando herramientas para combatir los deepfakes. Una de las estrategias más prometedoras es usar IA para detectar IA. Programas como el desarrollado por Pindrop analizan millones de puntos de datos en el habla de una persona para identificar rápidamente irregularidades imperceptibles para el oído humano.
Estos sistemas pueden utilizarse durante entrevistas de trabajo o videoconferencias para detectar si alguien está usando software de clonación de voz, por ejemplo. En el futuro, podrían convertirse en algo común, ejecutándose en segundo plano mientras chateamos con colegas y seres queridos en línea.
Más allá de la tecnología: educación y regulación
La solución al problema de los deepfakes requiere un enfoque múltiple:
- Nuevas regulaciones: que obliguen a las empresas tecnológicas a identificar, etiquetar y potencialmente eliminar deepfakes de sus plataformas.
- Mayores sanciones: para quienes utilicen tecnología digital para engañar a otros (si pueden ser atrapados).
- Alfabetización digital: para aumentar la inmunidad de las personas ante el engaño online, enseñándoles a identificar medios falsos.
Como dice Balasubramaniyan: «Puedes adoptar una visión derrotista y decir que vamos a estar sometidos a la desinformación. Pero eso no va a suceder«. Los expertos son optimistas: con el tiempo, los deepfakes podrían seguir el mismo camino que el spam de correo electrónico, un desafío tecnológico que una vez amenazó con socavar la utilidad del email y que ahora es un problema mayoritariamente controlado.
Protégete del robo de identidad digital
Mientras la tecnología y la regulación evolucionan, hay medidas que puedes tomar para protegerte:
- Verifica siempre por un canal alternativo: si recibes una llamada o mensaje sospechoso de alguien conocido, contacta con esa persona por otro medio.
- Utiliza autenticación multifactor: no solo para tus cuentas, sino también para verificar comunicaciones importantes.
- Limita tu huella digital: cuanta menos información personal haya disponible online, menos material tendrán los estafadores para crear suplantaciones convincentes.
- Mantente informado: las técnicas de robo de identidad evolucionan constantemente, por lo que es crucial estar al día.
El futuro de la seguridad digital no pasa por dejar de usar tecnología, sino por usarla de forma más inteligente y cautelosa. Al fin y al cabo, en un mundo donde ya no puedes creer todo lo que ves y oyes, la confianza se ha convertido en la moneda más valiosa de la era digital.

